Sabemos que no es nuestro mejor momento, que sólo quedan nueve partidos y estamos empatados a puntos con el descenso, que sólo hemos sumado un punto de los últimos quince y no tenemos motivos para estar contentos, sabemos que hay veces que sólo nos queda el desánimo y la rabia, pero... ahora más que nunca tenemos que estar ahí, nos quedan nueve partidos, nueve finales y es el momento de demostrar que somos una gran afición, hecha a base de sufrimiento, año tras año, no es el momento de buscar responsabilidades, ya las pediremos a final de año; es el momento de estar ahí, de apoyar y animar con más fuerza que nunca.
Somos pieza importante en cada punto, en cada victoria, y se nos tiene que notar, que sentir; es el momento de hacer de Nueva Condomina un fortín, es el momento de salvarnos, de demostrar que el amor a este escudo, a esas siete coronas, está por encima de los nombres, de demostrar que somos los incondicionales, los que siempre hemos estado, estamos y estaremos allí.
Es el momento de que la afición reivindique su papel; no somos pieza clave, somos la esencia del murcianismo y somos quienes podemos evitar un nuevo descenso a Segunda B; una vez conseguido el objetivo, será el momento de exigir un proyecto serio a medio plazo que nos consolide donde nos corresponde, de exigir que se nos tenga más en cuenta, pero, para ello, primero tenemos que salvarnos, y vamos a estar ahí, animando con más fuerza que nunca, tiñendo de rojo Nueva Condomina, haciendo de nuestro campo un campo a temer y respetar, ni más ni menos que la casa que corresponde a un histórico, a un grande, a los nuestros.
El objetivo sólo lo podemos conseguir entre todos, el club debe tener un detalle, un gesto que anime a hacer de Nueva Condomina ese lugar donde se forjan los sueños, debe regalar entradas para los abonados, hacer murcianismo, mostrarse cercano, porque nosotros somos el principal activo del club, un club sin afición no es nada, y una afición sin equipo, no tiene nada; jugadores y entrenador deben ser conscientes de que tienen una Región detrás, los sueños y las ilusiones de miles de personas, que en sus botas, están las lágrimas de miles de personas, de alegría o de desilusión, nuestras sonrisas y desilusiones, porque de ellos dependemos y porque a nosotros se deben, porque no hay mayor orgullo que lucir ese escudo que llevan en el pecho. Y, por supuesto, la afición; es nuestro momento, es ahora o nunca, tenemos que luchar y darnos cuenta que lo hacemos por un escudo, por unos colores, por el sentimiento que nos transmitieron nuestros padres, es el momento de hacer algo heroico, algo que siempre recordaremos y que contaremos a nuestros hijos.
Nosotros, NO NOS RENDIMOS, ¿y tú?
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