Tardes similares las vividas durante esta semana para el murcianismo, por ello la crónica será única, pues las sensaciones de ambos partidos, dejaron una inequívoca huella, la de la resignación de ver a un equipo mediocre, que no es capaz de ganar al colista ni de empatar al Huesca. El primero de los dos partidos al menos estuvo animado, cuatro goles, y la sensación de que pudo ganar cualquiera de los dos, pero el segundo, la gota colmó el vaso, y un pasivo Murcia, no fue capaz de hacerle un gol a un flojo Huesca, que jugaba con uno menos desde poco mÁs de la media hora. La afluencia de espectadores a ambos encuentros fue mínima, la salvación matemática del conjunto en los días previos influyó en gran medida, pero el pobre juego ofrecido por nuestro equipo y unido a que se juegue entre semana, pudo contribuir a la pobre cifra de poco más de 10.000 espectadores entre ambos partidos. La animación como era de esperar fue prácticamente nula y lo que si se oyó fue una fuerte pitada tras el cierre del último partido.
Afortunadamente acaba esta mala temporada, la valoración general del equipo, ateniéndose a los objetivos propuestos, es positiva, pero este club es el Real Murcia, el que más veces ha sido campeón de la segunda división española, y que por lo tanto jamás estará satisfecho cuando en una campaña se queda por debajo de la cabecera de la liga y además se ofrece un nivel tan bajo de juego, por lo que la valoración real sería mas bien negativa.
Ahora ya sólo queda planear la siguiente campaña y formar un buen equipo con aspiraciones de hacer algo grande.
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