Sin margen para el error. Así se presenta el partido de este fin de semana en Miranda, en el que debe ser el partido de inflexión para un Real Murcia al que se le acaba el tiempo; y es que, tras estar coqueteando con los puestos de ascenso a mitad de la primera vuelta, el equipo pimentonero se ha situado a sólo un punto de la zona de descenso, tras ganar sólo un partido en las últimas once jornadas.
Anduva no parece el mejor sitio para lograrlo, es un campo de los de antes, con sabor a fútbol añejo, gradas de pie, y, con un equipo en estado de gracia, en esta segunda vuelta, el Mirandés ha conseguido 10 puntos de los 12 posibles, por sólo 1 del Real Murcia, lo que ha valido a los locales para salir del descenso, liderar la clasificación de esta segunda vuelta y adelantar a los granas en la clasificación, pero no queda otra opción, el Real Murcia se ha metido en un lío, y, eso, sólo se soluciona con victorias
Y no sólo la clasificación es la que urge, es que además, hace falta una victoria que disipe el ambiente enrarecido en que se ha sumido Nueva Condomina donde ya han aparecido los pañuelos y en el último partido arreciaron los gritos contra la directiva, en las gradas cada vez más desangeladas del estadio.
Es el momento de Onésimo, que vivirá su segundo partido como entrenador murcianista y que parece que tendrá mano dura con los jugadores, de hecho, esta semana, suspendió un entrenamiento por la baja intensidad de los jugadores, diciéndoles que así, nos íbamos a Segunda B; su misión principal será conseguir la unidad en un vestuario que su predecesor no fue capaz de controlar, y, de grandes jugadores, que lo son, hacer un gran equipo.
Y es que, como decíamos al principio, el futuro, empieza en Anduva.
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