23/10/2012: PORQUE SIGO SIENDO EL REY (Real Murcia - Elche)

IMPRESIONANTE.

Era necesario el punto y aparte, tras lo vivido en el día de ayer en la capital del Segura, una de esas veces, en las que un partido se convierte en una oda al fútbol, y en donde la pasión, el color, la risa, la furia, la emoción, el sufrimiento y finalmente la relajación muestran lo que se vivió anoche, en definitiva un clásico, nuestro clásico, el clásico del levante.

Del encuentro, hay que citar que fue nuestro Real Murcia se midió al líder total de la categoría, que venía arrasando en sus encuentros, este Elche gobernaba con mano firme sus partidos hasta la llegada al feudo grana, pues si el Elche gobierna en estos momentos, el Real Murcia continúa siendo el Rey, y así lo demostró, dominó el partido, asfixiando a un rival que no encontraba lugar por donde hincar el diente al conjunto local y que se agazapaba en espera de una posible jugada a balón parado. Así se desarrolló el encuentro un Murcia ofensivo y vibrante y un Elche atrincherado y enérgico, con claras ocasiones para el equipo pimentonero (en especial la del Ruso que desaprovechó un mano a mano con el portero rival), pero cuando parecía que ya el empate era algo cantado, apareció Kike provocando un penalti, el cual se encargó Matilla de introducir el balón en la portería, al estilo "Panenka" llevando la locura a las gradas y matando así de este modo el partido.

En cuanto al público, comenzaré hablando en esta ocasión de nuestro rival, con mas de 3.500 ilicitanos llegados a la capital del Segura, hay que reconocerles pese a la rivalidad, que dieron un ejemplo con este masivo desplazamiento, por el colorido y la animación desplegada, capaz de comerse a cualquier estadio, pero ayer no era ese día; Nueva Condomina vistió de gala para este clásico y si la afición del Elche estuvo bien, la del Real Murcia estuvo imperial, en primer lugar un gran tifo desplegado en el fondo sur, donde recordaba quien era el rey, y tras el,  una zona de animación inmensa, que hizo temblar los cimientos de nuestro estadio, no durante un minuto o dos, sino los 90 minutos completos, alternando cánticos, bufandeos y banderones, llevando en volandas al equipo y estallando tras el gol.

 En definitiva como les iba contando.... Impresionante.