24/2/2013: La fea costumbre de acabar con 10

El tema de las expulsiones de este año, podría perfectamente ser motivo de análisis en el programa de Iker Jiménez, y es que el Real Murcia ya está acostumbrado a terminar con menos jugadores que el rival sobre el terreno de juego pese a no ser un equipo violento o que realice un fútbol de contacto.

Y, como decimos, se ha convertido en una fea costumbre, porque además dichas expulsiones son a menudo demasiado polémicas, y, por desgracia para el deporte, se está hablando demasiado de los colegiados, y denunciando, demasiado a menudo un doble rasero; son muchos los que opinan que Nueva Condomina es un campo donde es demasiado fácil pitar y que nuestro club no se hace respetar, e incluso, a menudo, se aboga por volver a La Condomina, la que siempre será nuestra casa.

Pero centrémonos en el partido, el Numancia llegaba a Murcia en una tarde desapacible, con frío y mucho viento, para enfrentarse a un Real Murcia crecido que por fin venía de ganar fuera de casa, nada más y nada menos que cuatro meses después, pero que seguía teniendo una necesidad acuciante de ganar para alejar los fantasmas de la zona de descenso.

Tras un emotivo minuto de silencio en memoria del periodista Antonio Montesinos, empezó a rodar el esférico ante una afición que no respondió a la promoción lanzada por el club para atraer aficionados a Nueva Condomina, regalando una entrada para el partido contra el Xerez a quienes la compraran contra el Numancia.

La primera parte no tuvo demasiada historia, el viento y el frío fueron los protagonistas de un primer tiempo con poco fútbol, en que el árbitro fue muy protestado, al no amonestar al numantino Cedrick tras llevarse el balón con la mano de forma totalmente voluntario, críticas que arreciaron con la expulsión de Mauro Dos Santos aún en el primer tiempo por una falta fuera del área, que, para encrespar aún más a la afición, el colegiado intentó convertir en un penalty, y, así habría sido si el linier no hubiera abortado tal disparate.

Y, pese a la costumbre del Real Murcia de acabar con diez, el efecto Onésimo empezó a surtir efecto, en la segunda parte, con un Real Murcia espoleado por su afición intentaba acercarse a la portería de los sorianos para llevarse el partido, frente a un Numancia que sólo tenía peligro con el rapidísimo Cedrick; fue un querer y no poder, un resultado con el que nadie quedó contento, el Numancia porque dejaba escapar dos puntos ante un rival que jugó con diez más de 45 minutos y el Real Murcia porque veía que se le escapaba un partido que pudo ganar, y con la sensación de que sin la expulsión del primer tiempo, los puntos se hubieran quedado en tierras murcianas.

El Real Murcia no consiguió acabar con 11 un partido más, y tampoco consiguió los tres puntos, pero ha logrado algo, quizás más importante, reconciliarse con una afición que valoró la entrega en la adversidad y que despidió a los suyos con una cerrada ovación, algo impensable hace sólo dos semanas.

Y, por si el efecto Onésimo aún no hubiera sido revulsivo suficiente, el entrenador grana, decidió poner entrenamiento tras el partido, un estilo que exige mucho más esfuerzo y compromiso a los jugadores, y que parece que poco a poco va dando sus frutos, la semana que viene, frente al Xerez, habrán de demostrarlo.

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