El murcianismo de verdad es algo que a veces parece díficil de encontrar, sobre todo cuando las cosas van mal, por eso, siempre da gusto leer blogs como el de Yayo Delgado, que ahora ha escrito una carta abierta a nuestros jugadores, carta que creo que no podía faltar en este blog, una carta que resume bien lo que es el murcianismo de verdad, el que no está sólo en los ascensos y en Primera, el que no silba a las primeras de cambio, el que nunca se rinde y es que... EL MURCIA SOMOS NOSOTROS
El Real Murcia se estaba jugando el descenso a Tercera División. Estábamos abajo en la tabla, muy lejos del play off a Segunda, en la peor década de la historia de este club. En las gradas, apenas 3.000 murcianistas fieles apoyaban a aquellos jugadores. Parecía mentira, pero había una unión extraña entre una afición casi centenaria por aquel entonces, de un equipo histórico, y un equipo, aquella temporada, que tenía todo para bajar a Tercera. Nadie pensaba entonces en la desaparición, y por raro que parezca, había hasta confianza. Después de un gol en contra, en casa, que nos condenaba, de las lágrimas y la impotencia de aquella situación, surgió un cántico que recordaré como el que más he sentido desde que soy murcianista. La grada lateral rugió en pocos segundos: ¡EL MURCIA SOMOS NOSOTROS!Fue un cántico espectacular, que en aquel momento terminó de identificar un sentimiento futbolístico inexistente en la mayor parte de hinchas y aficionados a equipos en España. Aquel grito desesperado estaba construyendo una forma nueva de entender el fútbol para muchos jóvenes, que a finales de los noventa, cuando el Murcia aún optaba a ser un equipo asentado en Primera, nos enganchamos sin remedio a nuestro club. Allí estábamos, sintiéndonos parte de esto. Ese sufrimiento continuado llegaba a un momento de total hundimiento, y en esas circunstancias, mostramos todo nuestro orgullo. Los más veteranos de la grada lateral se desgañitaban con el cántico, que cumplió varios propósitos a la vez. Mostró el orgullo de una afición que sentía en primera persona la situación del equipo. Sirvió para que los jugadores entendieran que la camiseta que ellos vestían sobre el césped, el escudo que portaban en sus pechos, era el corazón de cientos de murcianistas. Ellos estaban defendiendo sólo a quienes estaban en la grada, gritándoles que ellos son el Murcia, y nadie más. Sólo importaba eso, y se consiguió una unión emocionante.Somos nosotros. Claro que lo somos. No era ninguna novedad, pero en aquel momento significó mucho más. No había nada que perder más. Habíamos tocado fondo, y nos dimos cuenta que aún en esas, nosotros éramos el Real Murcia, y lo íbamos a seguir siendo siempre. Aquella temporada logramos aguantar en Segunda B. Pasaron varios años difíciles, pero se hicieron plácidos, sobre todo después de haberlos pasado. Muchos sentimos orgullo de haber estado ahí, de darnos cuenta de que esto es para siempre, porque nosotros no somos del Murcia. Nosotros SOMOS el Real Murcia.Pasaron jugadores, directivos, entrenadores… y con cada uno de ellos, muchos de aquellos que lloramos aquel grito hemos defendido lo que somos con todas nuestras fuerzas, temporada tras temporada, en los éxitos, y sobre todo, en los fracasos, con auténtico orgullo. Nos ha dado igual quién ha vestido esta camiseta, que es nuestra alma, nuestro corazón, nuestra pasión, nuestro ser o no ser. Los que han sido nosotros, han tenido nuestro apoyo incondicional, siempre, porque vosotros, jugadores, como los directivos, entrenadores, cuerpo técnico, hoy estáis aquí, pero mañana, muchos de vosotros estaréis en otro sitio, y nosotros seguiremos aquí.No podemos exigiros nada, porque el Real Murcia somos nosotros, esos cientos que estábamos, que estamos y que estaremos, y nosotros, los murcianistas de siempre, nos sentimos exigidos por vosotros, sois vosotros quienes defendéis nuestro escudo, y sólo por eso, os animaremos incondicionalmente. Para quienes nos sentimos este club por encima de todo, como hinchas, somos nosotros quienes nos sentimos exigidos en la incondicionalidad. Es un regalo ilimitado para quienes tenéis el orgullo de llevar nuestro corazón pegado a vuestra camiseta, un orgullo que vale lo que vosotros, jugadores, seáis capaces de asimilar. Es también una enorme responsabilidad que depende, como todo en la vida, de cada persona; porque dependemos de vosotros, y por eso estaremos ahí siempre, aplaudiendo cuando falléis, animando cuando encajemos un gol, alentando cuando algo no salga, jaleando cuando otros piten. A veces somos los menos, pero es importante que sepáis, que muchos, estamos ahí, con vosotros.Volvemos a estar en un momento complicado, y por eso, quienes nos sentimos el Real Murcia queremos demostraros que estamos con vosotros a muerte. Que sois nuestra esperanza, que confiamos en vosotros para sacar esto adelante, que sabemos que podéis hacerlo, y que tenéis muchas razones para luchar. Tantas como murcianistas van a animaros estos siete partidos que nos quedan. La bronca de un presidente, las razones de un entrenador, o incluso de un capitán, las palabras de los medios de comunicación, lo que diga un directivo, vuestra profesionalidad, vuestra carrera deportiva, la trayectoria como futbolistas, la alegría personal, la identidad con la ciudad en la que vivís, en la que habéis hecho amigos, esos amigos, vuestras familias, las palabras de los representantes, de vuestros amigos de siempre… Hay muchas, muchísimas razones, pero por encima de todas las que podáis encontrar está que el Real Murcia os necesita, y por eso, el Real Murcia os apoyará incondicionalmente, pase lo que pase, hasta el último segundo, porque el Real Murcia que os habla a través de estas letras es el único Real Murcia que es eterno: EL MURCIANISMO INCONDICIONAL.
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